jueves, 12 de agosto de 2010

El pensamiento único y la dictadura catalana

Cataluña es el nombre por el que más se le conoce en la actualidad a la región del noreste de España, en otra época la Marca Hispánica o los Condados Catalanes agrupados en torno al Condado de Barcelona que formaba parte de la Corona de Aragón.
Una tierra muy bonita y diversa en la que se puede disfrutar desde las playas de la Costa Dorada y Brava, hasta los paradisíacos Pirineos pasando por la ciudad de Barcelona que aún no he tenido la oportunidad de visitar, aunque sí la Cerdaña, que me enamoró.
Unos 7 millones de habitantes pueblan esta región española que actualmente, fruto del avance paulatino y de las batallas ganadas al estado de Derecho y al régimen constituciona, sufren los efectos de una dictadura ideológica que siembra sus bases en falseamientos de la historia y en un sistema educativo que no pretende formar personas sino autómatas.
Hablo de dictadura ideológica porque en la Marca Hispánica no existe pluralidad informativa ni existe una libertad de expresión real y para todos. Los mecanismos de este ''estadet'' que se ha creado y sus instituciones (algunas legales y otras no tanto) se encargan de ayudar desde las Administraciones Públicas a que esta gran mentira florezca para que, desde pequeños, los catalanes no tengan el espíritu crítico suficiente como para valorar en libertad los asuntos políticos más elementales que le rodean.
Es cierto que la Marca Hispánica, junto con el resto de territorios que antaño pertenecieron a la Corona de Aragón, tiene cierta tradición de autogobierno gracias a los privilegios que los insolidarios condes quisieron mantener a costa de la explotación de Castilla para defender a toda España en lo que a lo militar se refiere.
De ahí a esas leyendas que se crean en torno a los Almogávares, que luchaban por España en el Mediterráneo, a la época de los Austria, a los decretos de Nueva Planta (vendidos entre el vulgo como los destructores de la independencia del pueblo catalán), el apoderamiento de la Corona de Aragón y sus afanes colonialistas expresados en ese dogma de ''els Països Catalans'' que no es más que un pretexto para apoderarse culturalmente y políticamente de el Antiguo Reino de Valencia, Mallorca y otros territorios, va un trozo largo e intolerable para el sentido común.
La pluralidad de opiniones han sido substituidas por medios de comunicación que llegaron a sacar un mismo editorial conjunto titulado ''La dignidad de Cataluña''. ¿Qué libertad para informarse tiene un ciudadano que observa en el quiosco todos los diarios iguales? Lo del editorial conjunto
es un atentado contra la dignidad del Periodismo y sus esencias más básicas, a parte de un insulto a una ciudadanía que ha perdido el derecho a escuchar cualquier opinión que se salga de esa Cataluña Oficial. Ni qué decir del CAC (Comité Audiovisual de Cataluña), creado para destruir a la COPE y cohartar su libertad de expresión con el pretexto de no renovarle las licencias. Una competencia que no tiene esta institucioneja de quinta que vulnera alguno de los más elementales Derechos Humanos y todo estatuto serio de Periodismo que se precie. Pero en Cataluña da igual que un periódico sea teóricamente de derechas, de izquierdas o de extremo centro, en una dictadura toda la prensa ha de estar al servicio del Poder que se precie y diarios como La Vanguardia, que en época de Franco se llamaba ''La Vanguardia Española'' al servicio del Caudillo, el Avui, el Periódico y todos los demás se unen para servir de respaldo a un Poder sustentado por ''El Maquiavelo de Iznájar'', Pepe Montilla.
Este sujeto cordobés, presidente de la Diputación del General de la Marca Hispánica (Generalidad), encabeza una clase política sin escrúpulos, sin orientación y sin ideologías. Pero, sin embargo, unida casi toda ella (la que sustenta algún tipo de Poder) por un Dogma de Fe que ha substituido a Dios y a Cristo hasta en los democristianos de CiU: Cataluña y la independencia.
Esta unidad bajo ese fervoroso deseo de independencia que no es más que el pretexto para mandar y tener poder explica el aquelarre independentista vivido en Barcelona el pasado 10 de julio al que acudieron algunas decenas de miles de seguidores del Régimen.
Pero da igual, en Cataluña no hay derecha ni izquierda, ni centro, ni liberales, ni conservadores, ni socialistas ni una mayoría de ciudadanos que lo demanden. Todos se unen para saltar al unísono y a degüello contra todo lo que suene a su Madre Patria, como sucedió el día de la prohibición de los toros.
Ya me dirán, queridos lectores (algunos contrarios y otros favorables a la Fiesta Nacional), lo que les importa la dignidad de los animales a los señores de CiU o de ERC, que siguen manteniendo la fiesta de los Correbous. Todos sabemos que esta prohibición viene motivada por el orgasmo que les ha valido el hecho de cargarse una fiesta española, no voy a entrar en opiniones sobre los toros.
El Cordobés, máximo representante de un partido político teóricamente constitucionalista como es el PSOE en la Marca Hispánica, ha agarrado la estelada con fuerza bajo esa sensación que creo que no es cierta de que así se consigue rédito electoral. Los independentistas prefieren el original a la copia y CiU ganará las próximas elecciones pseudodemocráticas de Cataluña. Da igual quién gane, España (ellos mismos) se ha convertido en su gran Satán. La crueldad centralista de Madrid y el histórico victimismo populista y demagógico seguirán siendo las claves para guiar al ''Pueblo Catalán'', que es como se dirigen los líderes políticos catalanes a los catalanes (a mí me recuerda a los sermones de los dictadores) hacia esa cosa que llaman ''autodeterminación''.
Con la TV3, con competencias que no tienen, vulnerando la Constitución, acabando con la Libertad individual (al convertir a los catalanes en ''El Pueblo Catalán''), multando a diestro y siniestro, prohibiendo muñequitas flamencas, toros y todo lo que huela a España, discriminando al castellano y a los castellanoparlantes, creando un sistema educativo que todo lo que no tiene de exigente lo tiene de manipulador, con el CAC y con el beneplácito de una Iglesia Católica que, con Sistach al frente, ve con buenos ojos esta imposición del laicismo más radical en un Estatuto de Autonomía que es más largo que la Constitución de Corea del Norte y que interfiere en casi todos los aspectos de la vida cotidiana.
Por no haber en Cataluña no hay ni oposición, un Partido Popular más acomplejado que en el resto de España (que ya es dificil), la Iglesia completamente sometida a la voluntad del Poder Nacionalista... Sólo Ciudadanos, de Albert Rivera, planta un poco de cara en la medida de sus posibilidades.
Cataluña ha pasado de ser la vanguardia de España en cultura y modernidad a ser la vanguardia de España en corrupción de las instituciones y de los políticos (eso sí, roban en nombre de Cataluña).
Mientras nos miran con odio yo me pregunto ¿por qué nos odian? Yo no odio a los catalanes ni a Cataluña ni a su cultura, que la tiene y muy rica. Odio a los que quieren destruir la libertad.
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.