jueves, 5 de julio de 2012

Anna Chakvetadze: la historia de una estrella que dejó de brillar



Anna Chakvetadze: la historia de una estrella que dejó de brillar

Anna Chakvetadze es una joven tenista de 25 años, que tocó el cielo del tenis en 2007, cuando llegó a ser número 5 del mundo y se codeaba con las mejores. Sin embargo, un secuestro sufrido en su propia casa en diciembre de ese mismo año cambió su vida. Desde entonces, un sinfín de misteriosas lesiones y enfermedades la han alejado de la élite, hasta el punto de plantearse varias veces la retirada o, incluso, la participación en la vida política de su país. Actualmente ocupa el puesto 306 del ranking WTA.


Anna Chakvetadze: la historia de una estrella que dejó de brillar

Anna Chakvetadze era una chica destinada al cielo del tenis, pero el devenir de la vida la desvió de su trayectoria natural.
Chaki, sobrenombre con el que es conocida en el circuito WTA, nació enMoscú, en marzo de 1987, hija de un georgiano, Djambuli Chakvetadze; y de una ucraniana ama de casa de nombre Natalia. Pronto la joven Anna decidió sustituir el piano, que tocaba desde muy pequeña, por el tenis cuando su madre la llevó por primera vez a un club, a los 8 años. Un deporte que le daría todo y donde Chak ha conocido lo mejor y lo peor de la vida.

Anna Chakvetadze fue nº5 del mundo en 2007, ahora ocupa el puesto 306 de la WTA








De tocar el cielo con sus manos y formar parte del selecto grupo de grandes campeonas -llegó a ser número 5 del tenis mundial- a yacer olvidada en el puesto 306 del ranking WTA. Así ha sido la vida de Anna Chakvetadze, una historia repleta de nubes y claros, de luces y sombras.

Una joven que, con solo 20 años, se convirtió en una estrella mundial. Ahora, Chakvetadzese ha convertido en una gloria pretérita, pasto de las llamas del olvido que, sin embargo, merece ser rescatada para conocer la historia de una vida tan corta como conmovedora.

Una carrera lanzada hacia el estrellato

Anna Chakvetadze debutó como profesional del tenis en el año 2001, cuando disputó el torneo ITF de Minsk, en Bielorrusia. Sin embargo, no sería hasta un año después cuando, tras participar en el ITF de Makarska 3, debutó en el circuito WTA.

Anna debutó como profesional en 2001; en 2005 acabó el año en el puesto 33Fue en el torneo de Budapest, ante la checa Micaela Pastikova, a la que derrotó por 2-6, 6-1 y 6-4. Anna terminó el año en el puesto 756, pero iniciando una carrera meteórica con destino a lo más alto del tenis. Y así fue cómo al año siguiente, en 2003, la moscovita ascendió hasta la posición 374, llegando a disputar el torneo de Moscú.

En 2004 consolidó su ingreso en el circuito WTA participando en las citas de Casablanca, Palermo, Estocolmo y Moscú, pero fue su estelar actuación en el Abierto de los Estados Unidos la que permitió a la joven Anna llamar a las puertas de la élite del deporte. Partiendo desde la previa, Chakvetadze logró cinco victorias, incluido un triunfo ante la campeona de Roland Garros de ese mismo año, Anastasia Myskina, para terminar cayendo derrotada en tercera ronda, ante Eleni Danilidou. Sin embargo, su nombre estuvo entre las 32 mejores del torneo y comenzó a sonar con fuerza en el planeta del tenis.

Si 2004 fue el año del gran salto del circuito ITF al circuito WTA, 2005 fue la temporada de la confirmación de Chakvetadze. La rusa disputó cada cuadro final de los cuatro Grand Slams, llegando a la tercera ronda en París y Nueva York, y firmando buenas actuaciones en torneos importantes como Eastbourne o New Haven.

2006 y 2007: Los años dorados de Chaki

Pero lo mejor estaba por llegar. Tras terminar 33ª el año 2005, Anna comenzó la nueva temporada sellando grandes actuaciones en los torneos de Indian Wells, Miami y Varsovia. La rusa fue de menos a más durante la temporada, y fue al final del año cuando finalmente se unió al selecto club de las mejores del mundo. Tras firmar un brillante torneo en el US Open, donde avanzó hasta octavos de final, Chakvetadze logró sus dos primeros títulos WTA, en Guangzhou y en Moscú, venciendo en las finales a Anabel Medina y Nadia Petrova, respectivamente. Acabó el curso en el puesto 13 del ranking.

En 2007, Anna terminó el año como nº5 del mundo, tras conquistar varios títulos y llegar lejos en los Grand SlamsSin embargo, fue en 2007 cuando Chaki vivió el culmen de su carrera deportiva hasta la fecha. Tras proclamarse campeona en Hobart, a principios de año, solo una sensacional Maria Sharapova pudo truncar su trayectoria en el Abierto de Australia, en los cuartos de final. En los torneos venideros, Anna se convirtió en una fija de las rondas finales y nuevamente volvió a tropezar con su compatriota Sharapova en los cuartos de Roland Garros. La de Moscú se proclamó campeona en importantes torneos como Cincinnati, Balduque y Stanford, y  nuevamente volvió a sorprender al mundo cuando rozó la final del Abierto de los Estados Unidos. Svetlana Kuznetsova, también compatriota, frustró sus sueños en la semifinal, remontándole el primer set. Del mismo modo le fue en el Campeonato WTA de Madrid, donde otra vez su bestia negra, Maria Sharapova, privó a Anna de llegar a la final.

El broche de oro a la gran campaña de Anna fue su triunfo con Rusia en la Copa Federación, derrotando a Italia en la final. La propia Chakvetadze participó logrando el primer punto para su país, ante Francesca Schiavone.

La temporada concluyó y Anna Chakvetadze pudo respirar el aroma celestial de la cumbre del deporte. Terminó la temporada como número 5 del mundo y quiso disfrutar con su familia de su éxito en su residencia de verano durante la Navidad de ese mismo año, una decisión que, poco después, resultó fatídica.

Diciembre de 2007: Chakvetadze sufre un secuestro en su domicilio

La número 5 del mundo de entonces nunca quiso hablar de ello y siempre evitó contestar en las ruedas de prensa posteriores cualquier cuestión acerca de lo acontecido aquella madrugada. Pero Chaki nunca volvió a ser la misma tras el alba del 18 de diciembre de 2007. La bella sonrisa de la joven y exitosa tenista rusa se difuminó durante esa misma noche.
La madrugada del 17 de diciembre, Anna Chakvetadze fue secuestrada junto a su familia en su casa de MoscúAnna disfrutaba con su familia de unos días de relajación en una casa de campo ubicada en una urbanización del distrito Vlasov Naro-Fominsk de Moscú, cuando, a eso de las 3 de la madrugada, un coche se detuvo en las proximidades de la morada de la tenista. 6 hombres enmascarados y ataviados conuniformes grises de camuflaje bajaron del auto.


Los seis delincuentes saltaron la valla e irrumpieron en el domicilio. Tras increpar a la doncella de la familia, Olga Karalash, obligándola a abrir la puerta del garaje de la familia Chakvetadze, el siniestro sexteto prosiguió su camino buscando el segundo piso de la vivienda, donde descansaban Djambuli y Natalie, padres de la tenista, y la propia Anna Chakvetadze. Cuando Djambuli se percató de lo sucedido, trató de defender a su mujer, pero recibió dos golpes con una pistola que le dejaron inconsciente. Natalia, presa del pánico, no dudó en desvelar al cabecilla de la banda la ubicación del dinero. El mandamás de la banda agarró ala señora Chakvetadzey le puso un cuchillo sobre la garganta. De ese modo, fue conducido hasta la caja fuerte por la temerosa Natalia. Ante la negativa a proporcionarle el código, fue amenazada con acudir a la planta baja a por su hijo menor Roman, de tan solo 9 años, que dormía plácidamente.

Los secuestradores dijeron a Anna: ''Tú juega, que nosotros volveremos a por ti''En la habitación contigua, Anna fue asaltada por dos de los hombres. Tras poner resistencia, la chica, veintiañera por entonces, fue amordazada y maltratada de modo bastante cruento, sufriendo una lesión de gravedad en su muñeca mientras la ataban a una silla con una cuerda. Los secuestradores exigieron a Anna el Rolex que había recibido en un partido disputado en Bélgica pocos días antes, petición a la que la tenista accedió, cuando escuchó una amenaza que le traumatizó de por vida: ‘‘Tú juega, que nosotros volveremos a por ti’’.

Tras vaciar la caja fuerte de la familia, de donde se estima que extrajeron unos 150.000 euros, un botín al que sumando joyas y otros objetos de lujo, ascendía a los 260.000 dólares, los secuestradores abandonaron el domicilio, y Anna, presa del pánico, pudo respirar tranquila al ver que sus familiares estaban a salvo. Después, avisó a la Policía de lo ocurrido.

Los ecos del secuestro: la decadencia deportiva de Anna Chakvetadze

El padre de la tenista confesó que su hija despierta con frecuencia a las 3 de la madrugada tras tener pesadillasLa investigación de los sucesos nunca contentó al padre de Anna, Djambuli, que se mostró disconforme y reveló que su hija despertaba muchas noches a las 3 de la madrugada con pesadillas acerca de lo ocurrido aquella madrugada.

Poco después se desveló que varias bandas georgianas, rusas y moldavas estaban detrás de aquel asalto, que en principio parece que tenía como víctima a la también tenista, Anna Kournikova, cuya tocalla, Chakvetadze, fue confundida con ella.

En 2008, Anna acabó el año en el puesto 18; en 2009, en el 70; y en 2010, en el 56En lo deportivo, nada volvió a ser igual. Aquella noche supuso el comienzo de una dura y misteriosa decadencia deportiva que comenzó con la nueva temporada, 2008, donde la victoria de Anna en el torneo de pista cubierta de París apenas pudo disimular unos resultados muy discretos. En torneos de Grand Slam, su mejor actuación fue la cuarta ronda de Wimbledon. A pesar de su buena actuación en New Haven, donde fue finalista, Chaki acabó el año en 18ª posición en el ranking.

Ese mismo año, Chakvetadze hizo gala de un humano gesto difícil de ver en el deporte de élite pero que la honra y la delata como una gran persona, por encima de gran tenista. Y es que a pesar de estar clasificada por méritos propios para disputar los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, como octava raqueta del momento, decidió ceder su plaza aDinara Safina, compatriota suya, por estimar que se encontraba en mejor estado de forma. “Es que Anna entiende perfectamente que ahora no puede ganar puntos para su equipo y ha decidido que a Pekín debe viajar Dinara, quien está mucho mejor preparada”, dijo su padre. Un detalle de altruismo y valentía.
En 2010, Anna logró ganar el torneo de PortorozSin embargo, su declive continuó y se agudizó en 2009, donde Anna cayó hasta el puesto 70. Por primera vez en cuatro años, la moscovita no levantaba ningún título ni jugaba ninguna final. En los torneos de Grand Slam, tuvo que contentarse con la segunda ronda como mejor actuación, en Australia  y Nueva York. Chakvetadze ya no era la misma.

A pesar de sus constantes lesiones, en 2010 Anna Chakvetadze volvió a resurgir, aunque timidamente, ganando el torneo de Portoroz y firmando una buena actuación en Copenague. Una tímida reacción que llenó de esperanzas a los amantes del tenis sobre su retorno a la élite. No obstante, todo resultó un espejismo, ya que el puesto 56 con el que terminó el año situaba a la rusa muy lejos de las grandes y presagiaba la debacle de 2011.

2011: desmayos y enfermedades alejan a Anna de las pistas

La lucha de Anna contra sus fantasmas volvió a vivir un negativo episodio durante la temporada 2011, la peor hasta la fecha de la moscovita. No logró pasar de segunda ronda en ninguno de los torneos iniciales, pero su calvario se acentuó con la llegada del torneo deDubai.

Tras perder la primera manga ante la número 1 del momento, Caroline Wozniacki, por 6-1, Chaki se repuso y acariciaba el segundo set, ya que vencía por 5 juegos a 3 y sacaba para forzar la tercera manga. Con 15-30 en contra, Anna se desmayó sobre la pista y, pese a que intentó reanudar el partido, tuvo que abandonar. El parte oficial emitido poco después señalaba a un virus estomacal como culpable del desvanecimiento.

En 2011, Anna tuvo que retirarse por desmayos y mareos en tres torneos consecutivosEn el siguiente torneo, la cita norteamericana deIndian Wells, Chakvetadze derrotó a Misaki Doi y se plantó en segunda ronda ante la rusa Maria Kirilenko. De nuevo, tras perder el primer set por 6-2, la rusa ganaba por 3 juegos a 1 en la segunda manga cuando tuvo que retirarse por agotamiento.

En ese momento, Anna, preocupada, decidió acudir a un hospital donde le diagnosticaron un síncope neurocardiogénico. La tenista rusa sufría una pérdida temporal de la conciencia relacionada con una disminución de la presión arterial, seguida por una frecuencia cardíaca lenta el síncope vasovagal. Se desconoce el origen de esta enfermedad, pero los médicos le recomendaron reposo.

Chaki fijó el torneo de Stuttgart como escenario de su regreso a la competición. Tras pasar la previa, se vio las caras con  Zuzana Kucova en primera ronda. Con empate a 4 juegos en el tercer set, Anna volvió a sufrir otro desmayo que le obligó a retirarse por tercer torneo consecutivo de las pistas. "Empecé el partido bien, pero comenzó a sentirse mal en el segundo set a causa de los vértigos, la misma sensación que las dos últimas veces", comunicó poco después. "Vi a los médicos en Rusia antes del torneo y 
me dijeron que todo estaría bien, por eso decidí a jugar aquí. Es el tercer torneo consecutivo en el que he tenido que retirarme con este problema de mareos. Parece que los médicos no tienen respuestas, así que tendré que tomarme un descanso y esperar a ver qué pasa", fueron las palabras de una Chakvetadze preocupada y contrariada por el calvario que atravesaba.

Las enfermedades y los malos resultados provocaron una retirada de las pistas y su ingreso en la política rusaEl retorno se produjo con la llegada de la hierba. En el torneo de s’Hertogenbosch, que 4 años atrás logró ganar, fue derrotada por Lourdes Domínguez a primeras de cambio. Idéntica suerte corrió en Wimbledon, donde fue apeada en primera ronda por Maria Sharapova, la bestia negra con la que antaño disputaba cuartos y semifinales de grandes torneos.
Y con la eliminación de Wimbledon, terminó el periplo de Anna por la temporada 2011. Todo parecía indicar que su retirada prematura del tenis estaba a punto de producirse.

La aventura política de Anna Chakvetadze y su retorno a las pistas

Tras varios meses lejos de las pistas de tenis, Anna decidió dar el salto a la política rusa y presentarse a las elecciones del 4 de diciembre de 2011. Tras ser elegida ‘política más sexy de Rusia’, Chakvetadze fue incluida en las listas del Partido por la Causa Justa, como número 3, solo por detrás de Andréi Dunáyev, líder de este partido de centroderecha caracterizado, entre otras cosas, por la defensa de la entrada de Rusia en la Unión Europea.

El papel de Anna dentro del partido pasaba por la promoción del deporte infantil y la defensa de los derechos de la mujer en Rusia. Sin embargo, el proyecto y su candidatura fue duramente criticada por los medios rusos. El Times de Moscú se expresaba al respecto en los siguientes términos: “El Partido por la Causa Justa no tiene nada qué hacer en sus aspiraciones al Kremlin. Cambiar al Presidente Dmitry Medvedev por una estrella secundaria del tenis femenino no tiene ningún sentido".
El revés electoral propició el regreso de Anna a las pistas en 2012"Conocí a gente nueva y disfruté de la experiencia. Aunque haré algo si mi partido me lo permite, en estos momentos mi prioridad es el deporte. El tenis es lo primero para mí". Así resumió Anna su periplo político, paralizado porun varapalo electoral que propició el retorno a las pistas de Anna Chakvetadze para la temporada 2012.

Una temporada en la que, afortunadamente, la moscovita no ha vuelto a sufrir desmayos en ningún partido, pero que, sin embargo, deja en evidencia que el declive profesional de la tenista no cesa. Anna no ha tocado fondo. Apenas disputó cuartos de final en dos torneos. En Australia cayó a primeras de cambio ante Jelena Dokic, mientras que en Roland Garros y Wimbledon no ha participado. Su último encuentro, hasta la fecha, fue el disputado en Bruselas ante Yanina Wickmayer, cayendo derrotada por 3-6 6-4 6-1 .

Se desconoce la fecha del regreso de Anna Chakvetadze. La moscovita estuvo inscrita en el cuadro del torneo ITF de Stuttgart Vaihingen, de 25.000 dólares en premios. Sin embargo, terminó retirándose de dicho evento sin llegar a participar. Esta inscripción permite pensar que Anna pueda estar planteándose el regreso al circuito ITF. En las próximas semanas conoceremos más detalles sobre las intenciones de la rusa.

Hasta aquí el último capítulo de la vida deportiva de Anna Chakvetadze, una vida llena de reveses y contrariedades y plagada de altibajos. Una carrera deportiva lanzada hacia el éxito y solo truncada por aquel siniestro grupo de seis delincuentes que irrumpió en su vivienda el 17 de diciembre de 2007. Nada volvió a ser igual, aquellos encapuchados truncaron la carrera de una gran promesa consolidada en el mundo del tenis. Nunca podremos saberlo, pero, tal vez, aquella madrugada el mundo del tenis quedó privado de disfrutar de una número 1 en un futuro no muy lejano.

Sus grandes golpes cruzados, su espectacular revés y su estilo vistoso y ofensivo todavía se mantiene en la memoria de los aficionados. Anna Chakvetadze, con tan solo 20 años, llegó a ser número 5 del mundo, camino de lo más alto. Pero un trágico suceso cambió su vida y la condenó a un declive deportivo que la ha llevado al olvido.

Sin embargo, Chaki apenas tiene 25 años y una calidad de sobra contrastada para poder regresar a lo más alto. Ella es más fuerte que cualquier fantasma de su pasado y seguramente logrará demostrarlo en las pistas, haciendo lo que mejor se le da, jugar al tenis.
¡Ánimo y hasta pronto, Anna!

miércoles, 20 de junio de 2012

Sara Carbonero, las ‘mujeres florero’ y el machismo en el periodismo deportivo



Desde hace tres días, ‘Gracias Sara’ es Trending Topic en la red social Twitter, lo que constituye una clara muestra de mofa por parte de los usuarios de esta red social respecto al papel que cumple Sara Carbonero en las retransmisiones de partidos. Un caso que ha desatado mucha polémica acerca del machismo en el mundo del periodismo deportivo.

Sara Carbonero, las ‘mujeres florero’ y el machismo en el periodismo deportivo

El machismo. Esa tendencia sociológica, con una base totalmente irracional, que antepone la primacía del hombre sobre la mujer. Una actitud que ha primado, prima, y me temo que seguirá primando, en nuestros tiempos, desde que desaparecieron las antiguas sociedades matriarcales preclásicas donde el culto a la fecundidad y a la fertilidad provocaba un respeto por el sexo femenino casi inédito, desde entonces, en la historia de la Humanidad.
Cualquier usuario de Twitter se habrá percatado de que ‘Gracias Sara’ continúa siendo tendencia en España por tercer día consecutivo. Una paráfrasis de cómo despiden los comentaristas de Telecinco las breves conexiones en directo con Sara Carbonero y su micrófono a pie de campo. Y conviene preguntarse por qué. Más allá de la evidente facilidad de los españoles para con el humor, y –en los últimos tiempos- particularmente con el negro, el papel que cumple Carbonero es francamente irrelevante en lo que aportaciones enriquecedoras a la transmisión se refiere. Creo que a ese respecto poco debate puede haber.
Ramón Trecet, comentarista deportivo de Punto Radio, afirmó sin tapujos que ‘el 85 % de los mensajes’ del ‘Gracias Sara’ es de un ‘sexismo repugnante’. Personalmente, creo que los tweets no tienen un sentido machista sino de sátira respecto a la relevancia del papel de Sara en las retransmisiones.

Pero pretendo ir más allá.  ¿No es de un ‘sexismo repugnante’ el hecho de que coloquen a una periodista atractiva como simple florero? Su papel no solo no aporta nada, sino que ningunea a la propia periodista y la reduce a un mero objeto de adorno a pie de campo, que es justamente la ubicación donde más se puede exhibir su atractivo de cara a los espectadores de televisión. Antes de seguir, cabe recordar que el de Sara no es el único caso de florero a pie de campo.

Los verdaderos puestos de relevancia se limitan a hombres, tanto los comentaristas, como los narradores, que son aquellos que realmente cuentan lo que sucede en el partido. Ellos son las ‘voces autorizadas’, los ‘expertos’ o como lo quieran llamar, papeles bajo el  denominador común de que son desempeñados por hombres en las retransmisiones de partidos de fútbol.
En conocidos programas sobre el deporte del balompié, llama la atención que, nuevamente, la periodista más atractiva físicamente acapara la función, decorativa bajo mi punto de vista, de sonreír a cámara para leer mensajes de los espectadores, cuando en los debates centrales que son el grueso del programa, la participación se limita mayoritariamente a hombres o a mujeres que no necesariamente tienen que destacar por su atractivo.

En otros programas deportivos, normalmente de fútbol, lo que resalta es que la periodista más atractiva desempeña el papel de conductora. Una función más relevante que los anteriores ejemplos, eso sí, pero se hace difícil escuchar su opinión sobre los temas que se tratan, normalmente reservados solo para hombres. La conductora se limita a sonreír y a presentar. Al contrario que Josep Pedrerol, por ejemplo, que también es conductor de un programa de fútbol pero cuyo papel va más allá del mero hecho de presentar.

Desde los programas deportivos de televisión, ya que es el único medio donde la imagen juega un papel importante, se utilizan sistemáticamente a periodistas atractivas para adornar el espacio. Se reduce a las mujeres a ‘florero’.

Por regla general, en las emisiones deportivas vemos a los hombres como centro del contenido de las retransmisiones, como portavoces autorizados, y principales emisores de opinión; y a las mujeres con presencia minoritaria, siempre atractivas físicamente y con un papel irrelevante en cuanto a contenido, pero que por otra parte permita su exposición reiterada a la cámara. Es decir, e insisto, ‘mujeres florero’ en toda regla, meros objetos decorativos expuestos en programas de seguimiento mayoritariamente masculino para ‘agradar la vista’ al personal.

Por eso AS cierra cada día su edición de papel colocando una chica despampanante y semidesnuda en su contraportada, u otros medios digitales publican galerías de fotos de mujeres ‘como Dios las trajo al mundo’, que casualmente siempre acaparan los puestos ‘top’ de lo más leído. No me parece mal que se hagan estas cosas, pero sí me parece lamentable que se utilice, para agradar la vista de los lectores, a compañeras de profesión y del propio medio, es decir, a periodistas, que no por el hecho de ser mujeres tienen que ser menos profesionales que sus homólogos masculinos.

Quizás sea esa la principal explicación de todo esto. Y es, ut supra dixit, el hecho de que el periodismo deportivo es consumido mayoritariamente por hombres. Y para atraer a ese público masculino mayoritario, se utiliza a las chicas más atractivas para dar un poco de color a programas cuyos protagonistas son, casi en su totalidad, hombres, ya que el machismo imperante en nuestra sociedad parece un muro que nos impida seguir el deporte femenino. Es decir, utilizamos a las mujeres como adorno para los hombres que nos ven. Eso sí que es machismo repugnante.

Y si nos ponemos un poco más quisquillosos, podemos ir más allá de la televisión y extender esta problemática al deporte, en general, para ver a la mujer utilizada como objeto decorativo en otros lugares. En ciclismo, a la hora de besar al ganador en el podio y entregarle un premio, siempre aparecen bellas azafatas. Otro ejemplo es el mundo del motor, donde se colocan modelos sobre la pista cuya única función es exhibir publicidad en sus ajustados vestidos y portar un paraguas para dar sombra al verdadero protagonista, que es el hombre que se sienta sobre la moto o sobre el coche… Y no busquen a una sola azafata fea, porque no la van a encontrar.

Pese a que me estoy saliendo del tema principal, estos no dejan de ser otros ilustrativos ejemplos con los que pretendo denunciar cómo, desde el mundo del deporte, mayoritariamente acaparado por los hombres, se ningunea de forma sistemática al sexo femenino, reducido a objeto decorativo.

Aunque creo que el machismo se mantiene intacto en nuestro imaginario social, simplemente han cambiado las formas pero no el contenido, sí que ha habido muchos ámbitos de la vida donde la igualdad de sexos puede considerarse como una realidad. Y uno de ellos es, precisamente, elperiodismo. Por todos son admiradas grandes periodistas como Ana Pastor, Olga Viza, Isabel Durán, María Teresa Campos, Ana Rosa Quintana o Rosa María Calaf, entre otras, que más allá de su tendencia ideológica son grandes profesionales. Esta última también habló sobre el papel de Sara Carbonero y declaró textualmente a Vanity Fair que ‘‘Sara Carbonero hace un flaco favor a la mujer y al periodismo […] frivoliza la imagen de la mujer y contribuye a que la apariencia sea más importante que el contenido’’.

Sin embargo, esa igualdad que sí existe en el periodismo en general, sigue sin consolidarse en el periodismo deportivo, a pesar de contar con grandes profesionales en nuestro país como Lourdes García Campos, presentadora de programas deportivos en TVE; Noemí de Miguel, conductora de programas deportivos en Canal +; Cristina Villanueva, presentadora del espacio especial de La Sexta para el Mundial 2006, entre otras muchas.

Por su parte, me gustaría citar el ejemplo del tenis, el deporte más cercano a la igualdad de sexos. En las retransmisiones del deporte rey de la raqueta, encontramos con mucha frecuencia voces femeninas ejerciendo la función de comentaristas, narradoras o invitadas como expertas para analizar los encuentros, algo inédito en el fútbol. Sin ir más lejos, cabe citar el caso de Conchita Martínez colaboró con Eurosport durante la pasada edición de Roland Garros, o el de Virginia Ruano, que no pocas veces ha trabajado con televisión española como comentarista.

No quiero excluir a Sara Carbonero ni a ninguna otra periodista deportiva del grupo de ‘buenas profesionales’. No pretendo para nada cuestionar su profesionalidad, pero desde luego, mientras desempeñen el papel que desempeñan, nunca podrán tener la oportunidad de demostrar esa profesionalidad que tanto se cuestiona.

Sara Carbonero y el resto de periodistas deportivos deben ser valorarlos por su trabajo. Hay que abstenerse de todo prejuicio sexual a la hora de aceptar opiniones como legítimas. Eso es una tarea de toda la sociedad y de todos los consumidores de medios de comunicación.

Hablando mal y pronto, tener dos tetas o dos pelotas no determina a nadie a la hora de analizar, comentar u opinar sobre el deporte, que es patrimonio de la Humanidad, tanto de hombres como de mujeres.



domingo, 10 de junio de 2012

Roland Garros: Sharapova se convierte en leyenda del tenis


Sharapova se convierte en leyenda del tenis

María Sharapova se ha proclamado campeona de Roland Garros tras vencer en la final a la italiana Sara Errani por 6-3 y 6-2. La rusa se distancia con Azarenka en el número uno y escribe su nombre en el privilegiado grupo de diez mujeres que han logrado completar el Grand Slam.


Roland Garros: Sharapova se convierte en leyenda del tenis
Roland Garros: Sharapova se convierte en leyenda del tenis
María Sharapova se ha impuesto por 6-3 y 6-2, con cierta comodidad, a Sara Erranien la final de Roland Garros 2012. La rusa no ha dado apenas opciones a una Errani que trató de hacer su tenis pero no le bastó. Sharapova se mostró muy segura en sus golpes, muy agresiva y pobló su casillero de golpes ganadores llegando a la espectacular cifra de 37, por 29 errores no forzados.
Ya desde los primeros compases del partido, María comenzó dominando un marcador que Errani no lideró en ningún momento del partido.
Sharapova era un rodillo sobre la pista y pronto se colocó con una ventaja de 4 juegos a 0. Pero, más que ventaja en el marcador, Sharapova transmitía una seguridad y una convicción en sus golpes que no terminó de mermar la moral de la italiana, ya que se repuso con una rotura y un juego al servicio.
Sharapova fue por delante en el marcador en todo momentoEn ese momento, con 4-2, Errani disfrutó de sus mejores momentos en el partido. Con 5-2 en contra, logró levantar una bola de set a Sharapova y se amarró a sus posibilidades, pero finalmente la rusa cerró la primera manga al servicio.
El segundo set transcurrió de modo parecido. De nuevo Sharapova se adelantó en el marcador conbreak y juego al saque. Ventaja de 2-0 que permitía a la siberiana jugar más relajada. Pero Errani se rehízo con su servicio. El cuarto juego del segundo set resultó decisivo. La italiana llegó a disponer de oportunidad de break para igualar a 2, pero no la aprovechó yMasha tomó una ventaja que se tornó insalvable.
La resistencia de la transalpina persistió durante el quinto juego, pero una vez más, tras una lucha de titanes, cayó del lado de una Sharapova que ya podía acariciar la copa de campeona. Ganaba 4-1. Pero la rotura de Errani y el 4-2 dejaba una puerta abierta a la esperanza para Sara.
Sin embargo, María no estaba por la labor de alargar el partido y un nuevo break le puso en situación de saque para acabar con el partido y, con mucho sufrimiento y buenos golpes, logró la hazaña.
La rusa cayó desplomada sobre la tierra parisina y corrió a abrazar a su gente que le esperaba en el palco. Visiblemente emocionada, Sharapova contuvo las lágrimas durante la audición del himno ruso. No se lo podía creer, pero sí, Sharapova ha cerrado el Grand Slam.

La décima mujer en ganar los cuatro grandes

María Sharapova ya es leyenda viva del tenis. Al término de la final, esta joven, pero veterana, rusa de 25 años alzó al cielo de París la copa Suzanne Lenglen que le acredita como campeona de Roland Garros.
Sharapova se convierte en la décima mujer en ganar los cuatro grandesAntes, en 2004, ya elevó al cielo de Londres la bandeja de campeona de Wimbledon; en 2006, ofreció la copa de campeona del US Open, al cielo de Nueva York; y en 2008, el trofeo de ganadora del Abierto de Australia, al cielo de Melbourne.
Hoy, 9 de junio de 2012, la siberiana ha completado el Grand Slam, con lo que entra a formar parte del selecto club de mujeres que han logrado tal hazaña en la historia del tenis. Ella será la décima. Antes lo hicieron Doris Hart, Maureen Conolly, Shirley Fry, Margaret Smith, Billie Jean King, Chirs Evert, Martina Navratilova, Steffi Graf y Serena Williams. Junto con esta última, Sharapova es la única de todas ellas que se encuentra en activo.
A continuación, una tabla con los nombres de las tenistas que lograron completar el Grand Slam.
Nombre
País
Año en el que consiguió cada título
Edad a la que lo logró
Doris Hart
EE.UU.
(1949-50-51-54)
29
Maureen Conolly
EE.UU.
(1951-52-53)
18
Shirley Fry
EE.UU.
(1951-56-57)
30
Margaret Smith
Australia
(1960-62-63)
24
Billie Jean King
EE.UU.
(1966-67-68-72)
20
Chirs Evert
EE.UU.
(1974-75-82)
28
Martina Navratilova
EE.UU. /Checoslovaquia
(1978-81-82-83)
26
Steffi Graf
Alemania
(1987-88)
19
Serena Williams
EE.UU.
(2002-03)
21
María Sharapova
Rusia
(2004-06-08-12)
25

Sharapova toma ventaja con Azarenka en el número 1

Sharapova toma oxígeno para defender un número 1 ante Azarenka que se antoja difícil, ya que en Wimbledon la rusa defiende final, mientras que la bielorrusa defiende semifinal.
Su triunfo en París le vale un colchón de 700 puntos sobre Vika, que se queda con 8300, por los 8990 de Sharapova.

Tercera rusa que consigue ganar Roland Garros

María Sharapova también pasa a la historia del tenis ruso al ser la tercera mujer de dicha nacionalidad que consigue proclamarse campeona de Roland Garros. Antes, en el año 2004, lo hizo Anastasia Miskyna, mientras que en 2009, lo consiguió Svetlana Kuznetsova.

lunes, 4 de junio de 2012


El Olimpo estaba en Portugal: La mayor hazaña de la historia del fútbol

Corría el 4 de julio de 2004. El esférico aguardaba en una de las esquinas del Estadio de la Luz de Lisboa para ser puesto en juego. Angelos Basinas daba un paso atrás, dos, tres… se disponía a botar un saque de esquina. El centrocampista heleno golpeó con el pie derecho el ‘Roteiro’ plateado, que voló durante unos segundos bordeando la línea de fondo, dibujando una trayectoria abierta con un único destino: la frontera del área pequeña de la portería de Ricardo Pereira.

El  Olimpo estaba en Portugal: La mayor hazaña de la historia del fútbol
Cuenta la mitología griega que Urano y Gea, los dioses del cielo y la tierra, doce hijos tuvieron, los doce llamados titanes. El más joven de ellos, Cronos, derrotó a su propio padre para establecer un mandato tiránico. El cruel y poderoso Cronos no vacilaba incluso en devorar a sus propios hijos. Hasta que su esposa, Rea, pudo liberar a uno de ellos, Zeus, y enviarlo a Creta.
El joven Zeus se hizo mayor, protegido por los Curetes y las ninfas en Creta. Una de las titánides, Metis, representante de la sabiduría y la prudencia, proporcionó a Cronos una poción que le hizo reaccionar vomitando a los hijos que previamente había devorado. Zeus se erigió como líder de esos hijos devorados por su padre, los llamados dioses olímpicos, tras establecer su cuartel general en el Monte Olimpo, junto con el resto de descendientes de los demás titanes. Zeus los condujo a una dura guerra de diez años de duración, en la que los dioses olímpicos libraron una serie de grandes batallas contra el orden establecido por los poderosos titanes. Una guerra, llamada titanomaquia, de la que resultarían vencedores y cuyo eco se reprodujo a través de grandes obras de la literatura clásica, como la Teogonía de Hesíodo o en este cuadro de Rubens titulado La caída de los titanes.
Aquella batalla contra los titanes cambió la historia de la civilización. Pero mucho tiempo después, encontraría su continuación. Otto Rehhagel, quiso emular a Zeus y liderar a sus once hombres en una dura guerra contra la hegemonía reinante en el fútbol europeo. Aquellos guerreros griegos quisieron imitar a sus antepasados olímpicos y reproducir sus hazañas en las canchas de juego de Portugal. Frente a las grandes estrellas y los grandes nombres del universo del fútbol, el técnico alemán de la selección griega proponía a los suyos espíritu de equipo, combatividad, garra, casta, trabajo y sacrificio para ganar una guerra que se antojaba imposible: La Eurocopa de 2004. Una guerra compuesta de muchas batallas.
La primera de ellas hubo de ser, precisamente, ante la anfitriona de aquel evento,Portugal. Contra todo pronóstico, los helenos se colocaron con dos goles de ventaja, una ventaja que hicieron valer, pese a que un tal Cristiano Ronaldo recortara distancias al borde del final. Tres puntos que situaban a Grecia como primera de grupo y que alimentaban el sueño de continuar vivos en tierras lusas.
La segunda batalla tendría lugar ante la España que años después se erigiría en dominadora del mundo del fútbol. El gol inicial de Morientes auguraba los peores presagios para los discípulos de Otto Rehhagel, pero un joven guerrero llamado Angelos Charisteas quiso disfrazarse de Hércules en esa guerra particular para neutralizar el tanto español y rescatar un punto que permitía a Grecia acariciar el pase a los cuartos de final. Un logro que pudo certificar a pesar de perder la única batalla de aquella guerra, contra Rusia, en el último partido, por 2 goles a 1, pero la derrota de España ante Portugalpermitió a Grecia obtener el pasaporte a cuartos de final, como segunda clasificada del Grupo A.
Allí aguardaba, nada más y nada menos, que la todopoderosa selección de Francia, vigente campeona de Europa, un continente que daba por muertos a los griegos y consideraba que demasiado había durado su proeza como para poder continuarla a propósito de una de las grandes favoritas en aquel torneo. Pero el nuevo Hércules griego, Angelos Charisteas, no se resignaba a aceptar ningún tipo de pronóstico y saltó más que nadie para poner en el fondo de la red un balón servido magistralmente por Theodoros Zagorakis en el minuto 65. Grecia estaba a un paso de la final.
Solo la República Checa podía impedir que los Rehhagel, Charisteas, Dellas, Karagounis y compañía llevaran hasta el final su homenaje a los dioses olímpicos. Un combinado checo que llegaba a semifinales como gran revelación del torneo, junto a sus rivales helenos. Con un pletórico Milan Baros, un balón de Oro como Pavel Nedved, y otros grandes futbolistas de la talla de Tomas Ujfalusi, Peter Cech o Tomas Rosicky, pocas esperanzas tenía el fútbol griego de poder llegar a aquella añorada final de Lisboa.
Los minutos transcurrían y la igualdad quedaba reflejada en un marcador que no se movió durante los noventa minutos reglamentarios. La prórroga, con la exótica norma delgol de plata, vigente por aquel entonces, sería la juez de aquella batalla a las puertas de la final. El tiempo de la primera mitad de la prórroga agonizaba. Pocos minutos antes, el veterano Vassilis Tsartas, viejo conocido de la liga española, había saltado al césped del Estadio del Dragón de Oporto. El mismo Tsartas, cuyo protagonismo a lo largo del torneo no había sido demasiado, aprovechó sus minutos de gloria para botar un saque de esquina que encontró la cabeza del zaguero Traianos Dellas, que empujó el balón hacia el fondo de la red. Grecia había marcado el gol de plata que le daba el pasaporte automático a la final, sin necesidad de disputar la segunda parte.
En esa final, los griegos volverían a verse las caras con Portugal, aquellos contra quienes empezaron su andadura por la Eurocopa. La sorpresa podía darse una vez, como fue en el primer encuentro, pero no dos veces, pensaban los titanes europeos. Pero la selección griega nunca estuvo de acuerdo con ningún tipo de pensamiento mayoritario.
Como sucedió en semifinales, el marcador no se movió durante los primeros 57 minutos de partido. En ese momento, ocurrió algo insólito e inesperado.
Corría el 4 de julio de 2004. El esférico aguardaba en una de las esquinas del Estadio de la Luz de Lisboa para ser puesto en juego. Angelos Basinas daba un paso atrás, dos, tres… se disponía a botar un saque de esquina. El centrocampista heleno golpeó con el pie derecho el ‘Roteiro’ plateado, que voló durante unos segundos bordeando la línea de fondo, dibujando una trayectoria abierta con un único destino: la frontera del área pequeña de la portería de Ricardo Pereira.
Justo allí viajó el balón tras ser golpeado por el número 6 del combinado heleno. Allí esperaba el Hércules de la Grecia contemporánea, Angelos Charisteas, para anticiparse antes que nadie y empujar el cuero hasta las entrañas de la meta portuguesa. Gol de Grecia, que ganaba 1-0. Y los minutos corrían… llegó el 70, el 80, el 85… y el gol de Charisteas seguía bastando a Grecia para proclamarse campeona de Europa, como se confirmó cuando el colegiado alemán Markus Merk decretó el final del encuentro.
Con todo en contra, en tierra hostil, jugando en casa del rival, con la antipatía de un Viejo Continente que no entendía que había otras formas más humildes de entender el fútbol, los griegos lo habían logrado. Trasladaron su hábitat, el Monte Olimpo, al corazón de Portugal, al Estadio de la Luz de Lisboa.
Zeus, Hefesto, Atenea, Apolo, Hermes, Artemisa, Poseidón, Eros, Afrodita, Ares, Dionisos, Hades, Hestia, Deméter y Hera lograron vencer a los titanes y acabar con la tiranía de Cronos.
Miles de años después, en aquel mes de julio de 2004, Nikopolidis, Seitaridis, Dellas, Fyssas, Kapsis, Basinas, Zagorakis, Karagounis, Katsouranis, Charisteas, Vryzas, Chalkias, Katergiannakis, Venetidis, Dabyzas, Goumas, Giannakopoulos, Tsartas, Kafes, Georgiadis, Lakis, Nikolaidis y Papadopoulos, todos ellos liderados bajo la batuta de Otto Rehhagel, lograron tumbar el orden establecido en el fútbol. Ellos lograron el triunfo del sacrificio, de la humildad, del trabajo, del esfuerzo. Ellos hicieron realidad un sueño. Ellos convirtieron a las estrellas en estrellados. Ellos lograron la mayor hazaña de la historia del fútbol, y ahora escribimos aquellas gestas, como Hesíodo hizo en sus tiempos en su Teogonía.

martes, 8 de mayo de 2012

El Atleti perdió sus últimas 5 finales ante equipos españoles

En la temporada 95-96, el Atlético de Madrid conquistó su última Copa del Rey venciendo al Barcelona en la final. Desde entonces, los colchoneros han disputado 5 finales ante equipos españoles, sin conseguir la victoria en ninguna de ellas.

El Atleti perdió sus últimas 5 finales ante equipos españoles
Corría el año 1996. El Atlético de Madrid firmaba una temporada escrita con letras de oro en su centenaria historia, conquistando la liga y la Copa del Rey. Este último título se logró venciendo en la final a un Barcelona que ofrecía los últimos coletazos de la época de Johan Cruyff.  Con La Romareda como testigo, la prórroga se erigió en juez de una contienda que terminó resolviendo Milinko Pantic con un cabezazo tras centro de Delfí Geli.
 El miércoles, el Atlético de Madrid volverá a disputar una final, en esta ocasión el rival será otro equipo español, el Athletic de Bilbao; el escenario, Bucarest; y la competición, la Liga Europa.
Desde aquella Copa de 1996 hasta la cita europea de Bucarest, han transcurrido 16 años, en los cuales los colchoneros se han enfrentado en cinco ocasiones a equipos españoles en finales, habiendo caído derrotados en todas ellas.
 
La primera de ellas fue en verano de 1996, de nuevo frente al Fútbol Club Barcelona, en la Supercopa de España. Con el Olímpico de Montjuïc como testigo, el Barcelona ejerció de local logrando una importante victoria por 5-2. Giovanni, De la Peña, Pizzi y un Ronaldo que emergía como nueva estrella del fútbol, neutralizaron los goles de Pantic y Esnaider, dando al equipo condal una importante ventaja de cara a la vuelta, con polémica arbitral. En ese partido, disputado en el estadio de La Peineta, el Atleti acarició la remontada, merced a los goles de Pantic, Esnaider y Sergi en propia puerta, pero el tanto de Hristo Stoichkov sirvió para que la copa fuera a parar a las vitrinas del Camp Nou.
Tres temporadas después, en la 98-99, el Atlético de Madrid se encomendó a los torneos de eliminatorias para salvar una mala temporada liguera. En la UEFA, solo el Parma privó a los madrileños de llegar a la final, mientras que en Copa, se clasificaron para la última cita que tuvo lugar en el estadio sevillano de La Cartuja. Allí aguardaba el gran Valencia de Claudio Ranieri. Sin embargo, las ilusiones colchoneras no tardaron en disiparse merced a los tantos del ‘Piojo’ López y de Gaizka Mendieta, que daban al Valencia una ventaja que parecía insalvable. A falta de pocos minutos, de nuevo Claudio López puso el 3-0 definitivo en el marcador, que llevaba la copa a tierras levantinas y terminaba con las esperanzas colchoneras.
 
Un año después, el Atlético de Madrid volvió a clasificarse para la final de la Copa del Rey contra el Español de Barcelona. Con un descenso y la peor temporada de su historia a sus espaldas, el equipo colchonero arribaba a Mestalla con la ilusión de brindar una alegría a su afición y poder llevar a sus vitrinas la décima Copa del Rey. Pero un despiste de Toni, mientras botaba el balón, fue aprovechado por Tamudo para adelantar en el marcador al Español y poner cuesta arriba la final para los madrileños. Ya en el minuto 85, los blanquiazules ampliaban la ventaja a 2-0, merced al gol de Sergio y ya con el tiempo casi cumplido, Hasselbaink anotó el 2-1, que no sirvió más que para maquillar el resultado. El delantero holandés se despidió de aquel partido entre lágrimas. Lágrimas que reflejaban el dolor de un equipo que había descendido a segunda división y que había perdido la final de Copa con un error de su guardameta Toni.
 
Tras la travesía por el ‘Infierno’ de Segunda División, y tras acariciar una nueva final de Copa en 2001, el Atlético de Madrid no volvería a disputar un partido de esas características hasta 2004. En aquella ocasión, el escenario fue la Copa Intertoto y el Atleti de Ferrando se enfrentó al Villarreal de Manuel Pelegrini. Tras el 2-0 de Villarreal, la remontada se antojaba complicada. Sin embargo, el equipo capitalino lo tuvo en sus manos, llegando a disponer de una pena máxima a favor que hubiera supuesto el 3-0, pero Jorge L’Arena no lo aprovechó y fue la tanda de lanzamientos desde el punto d penalti la que coronó al equipo castellonense y privó a los colchoneros de regresar a Europa. En aquella plantilla se encontraban nombres aún vinculados al club, como Perea, Antonio López o el propio Simeone.
 
La última final que disputó el Atlético de Madrid contra un equipo español fue en 2010, en el Camp Nou, ante el Sevilla. Tras el triunfo en Hamburgo, los hombres dirigidos por Quique Sánchez Flores llegaron a Barcelona plagados de ilusión y bien arropados por una afición que se trasladó a la capital condal de forma masiva. Sin embargo, el tanto inicial de Diego Capel inclinaba la balanza del lado andaluz y ya en los minutos finales, Jesús Navas establecía el 2-0 definitivo para el equipo nervionense, dejando a los rojiblancos, una vez más, a las puertas de conquistar ese décimo título de Copa que parece no llegar nunca.
Ante el Athletic de Bilbao, con Bucarest como testigo, el Atlético de Madrid tendrá una nueva oportunidad de terminar con la mala estadística que acumula en finales contra equipos españoles desde aquel año dorado de 1996.
También publicado en Vavel.com: http://www.vavel.com/es/futbol/atleticodemadrid/156427-el-atleti-perdio-sus-ultimas-5-finales-ante-equipos-espanoles.html